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En nuestra búsqueda de la plenitud y el bienestar, la aceptación radical, nos permite abrazar todos los aspectos de nuestra vida sin juzgarlos ni resistirlos, y que puede ser además aplicada a la forma como nos relacionamos con nuestros seres significativos. En este artículo, exploraremos cómo podemos aplicar la aceptación radical en nuestro camino hacia el crecimiento personal y un entrenamiento en frases que ejemplifican su uso.
La aceptación radical es un concepto fundamental dentro de las terapias basadas en la evidencia. La aceptación radical se refiere a la disposición de aceptar completamente la experiencia presente, ya sea esta agradable o desagradable, sin tratar de cambiarla o evitarla. Se trata de estar plenamente presentes y abiertos a lo que está sucediendo en el momento presente, sin juzgarlo ni intentar controlarlo.
¿Y si dejaras de luchar con lo que sientes?
En una cultura que insiste en que debes “superarlo”, “seguir adelante” o “pensar en positivo”, hablar de aceptar el dolor puede parecer contraintuitivo. Sin embargo, cada vez más estudios respaldan algo que muchas personas descubren en terapia: intentar huir del sufrimiento a menudo lo intensifica. Aquí es donde entra la aceptación radical, un concepto profundamente transformador, especialmente útil cuando el sufrimiento es inevitable.
¿Qué es la aceptación radical?
La aceptación radical es un principio central en la Terapia Dialéctica Conductual (DBT), desarrollada por Marsha Linehan, y se refiere a la habilidad de aceptar completamente lo que está ocurriendo en el presente, tal como es, sin intentar cambiarlo, resistirlo o juzgarlo.
No significa que apruebes lo que sucedió, ni que te resignes. Significa que reconoces la realidad emocional y objetiva del momento, tal como es, para poder responder con mayor sabiduría y menos sufrimiento añadido.
Aceptar radicalmente es dejar de luchar contra lo que no se puede cambiar, y empezar a construir desde ahí.
¿Por qué es tan difícil aceptar?
Aceptar lo doloroso puede sentirse como una traición a nuestro deseo de justicia, a la necesidad de que las cosas "sean diferentes". También puede activar miedos: "Si lo acepto, ¿significa que estoy de acuerdo?", "¿Y si dejo de intentar cambiarlo y se queda así para siempre?"
Desde una perspectiva psicológica, el rechazo constante de la realidad suele estar asociado con mayor sintomatología ansiosa, depresión, rumiación e impulsividad (Bardeen et al., 2016). Negarnos a aceptar alimenta la lucha interna, agota nuestros recursos y mantiene el sufrimiento emocional.
Lo que sí cambia con la aceptación
Cuando empezamos a practicar la aceptación radical:
Dejamos de gastar energía mental en lo que no podemos controlar.
Podemos validar nuestras emociones en lugar de pelearnos con ellas.
Se abre la puerta a nuevas formas de afrontamiento, más compasivas y efectivas.
Se reduce la autoexigencia, la vergüenza y la culpa.
Mejoramos la autorregulación emocional, especialmente en contextos de trauma, duelo o relaciones difíciles.
La investigación muestra que las personas que practican aceptación radical como estrategia reguladora presentan menor reactividad emocional y mayor bienestar psicológico general (Ford et al., 2018; Hayes et al., 2006).
Cómo empezar a practicar la aceptación radical
Aquí algunas claves para comenzar:
Observa tu resistencia. ¿Qué parte de ti se niega a aceptar? ¿Qué emociones hay debajo?
Ponle nombre a lo que estás sintiendo. El simple acto de nombrar con compasión lo que sientes puede abrir espacio para la aceptación.
No confundas aceptación con aprobación. Puedes aceptar que algo ocurrió sin justificarlo o desear que se repita.
Recuerda: aceptar es un proceso, no un momento. Es normal ir y venir, avanzar y retroceder.
Usa anclajes presentes. Respirar conscientemente, llevar la mano al corazón o repetir mentalmente frases pueden ayudar a anclarte en el aquí y el ahora.
Frases que apuntan hacia la aceptación radical
Una forma poderosa de cultivar esta habilidad es a través del uso consciente de frases de aceptación, que pueden actuar como anclas para reformular nuestras narrativas internas. En momentos de tormenta emocional, este tipo de afirmaciones ofrecen una alternativa a los pensamientos automáticos de lucha o rechazo. Algunas frases útiles incluyen:
“Esto es lo que hay ahora.”
“No me gusta, pero así son las cosas en este momento.”
“No puedo cambiar el pasado, pero sí cómo vivo con él.”
“Estoy aquí, y eso es suficiente por ahora.”
“Puedo sentir esto sin que me destruya.”
Repetir estas frases con amabilidad, en voz alta o mentalmente, ayuda a cultivar una voz interna más compasiva y realista. Le damos un giro al diálogo interno, pasando del juicio o la exigencia a una mirada más sabia que reconoce el dolor sin amplificarlo. Este cambio de narrativa no elimina el malestar, pero sí lo hace más transitable y menos solitario.
¿Cuándo es más útil la aceptación radical?
Cuando enfrentas un duelo o pérdida
En relaciones donde no puedes cambiar a la otra persona
Ante síntomas emocionales intensos
Frente a un diagnóstico médico
Cuando hay trauma y se necesita validar lo vivido
Aceptar no borra el dolor, pero lo hace habitable. Te permite elegir cómo vivirlo, en lugar de dejar que te consuma.
La aceptación radical no se trata de “rendirse”, sino de soltar la lucha que te hace daño para empezar a vivir de forma más auténtica, compasiva y libre. Es una práctica que requiere valentía, y como todo proceso terapéutico profundo, toma tiempo. Pero sus frutos se traducen en menos sufrimiento innecesario y más presencia para lo que verdaderamente importa.
Si estás enfrentando un momento difícil y sientes que todo en ti quiere resistirse, puedes aprender a caminar hacia la aceptación con acompañamiento profesional.
Te ofrezco un espacio seguro, humano y profesional para explorar lo que duele, lo que pesa y lo que mereces transformar. Puedes agendar una sesión conmigo para iniciar este camino con calma y contención.
Bardeen, J. R., Stevens, E. N., Murdock, A. S., & Fergus, T. A. (2016). Emotion regulation difficulties as a mediator of the relationship between experiential avoidance and anxiety sensitivity. Journal of Contextual Behavioral Science, 5(2), 96–102.
Ford, B. Q., Lam, P., John, O. P., & Mauss, I. B. (2018). The psychological health benefits of accepting negative emotions and thoughts: Laboratory, diary, and longitudinal evidence. Journal of Personality and Social Psychology, 115(6), 1075–1092.
Hayes, S. C., Luoma, J. B., Bond, F. W., Masuda, A., & Lillis, J. (2006). Acceptance and commitment therapy: Model, processes and outcomes. Behaviour Research and Therapy, 44(1), 1–25.
Linehan, M. M. (2014). DBT® Skills Training Manual. Guilford Publications.