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Cuando inicias un proceso de psicoterapia, es natural preguntarte qué vas a recibir, cómo va a funcionar y si realmente va a ayudarte. Tal vez te hayas encontrado con términos como "terapia cognitivo-conductual", "terapia de aceptación y compromiso" o "terapia basada en la evidencia", sin saber muy bien qué significan o cómo se traducen en tu experiencia como consultante.
Una terapia basada en la evidencia es aquella que ha demostrado científicamente ser eficaz para tratar ciertas dificultades emocionales, conductuales o relacionales. Esto significa que no se basa solo en la intuición o la experiencia personal del terapeuta, sino en estudios rigurosos que han probado su efectividad con muchas personas en situaciones similares a la tuya.
Sin embargo, no se trata solo de aplicar técnicas como si fueran recetas. Una terapia basada en la evidencia integra tres pilares fundamentales:
La mejor evidencia científica disponible.
La experiencia clínica del terapeuta.
Tus valores, necesidades y contexto como consultante.
En otras palabras: el proceso terapéutico se construye entre lo que la ciencia respalda, lo que la experiencia profesional ha afinado y lo que tú como persona traes, sientes y necesitas.
Al trabajar juntas/os desde este enfoque, es probable que experimentes algunos de los siguientes elementos:
Una evaluación inicial clara y respetuosa, donde exploraremos tus síntomas, historia y objetivos terapéuticos.
La construcción conjunta de un plan de intervención personalizado, en el que te explicaré el porqué de lo que haremos.
La aplicación de técnicas y estrategias provenientes de enfoques validados, como la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC), Terapia Dialéctico-Conductual (DBT), Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) o Terapia Integral de Pareja (IBCT), entre otras.
Tareas entre sesiones, que no son deberes ni exámenes, sino oportunidades para practicar lo trabajado en terapia y promover cambios reales en tu vida diaria.
Un espacio seguro y ético, donde tus emociones, dudas, resistencias y progresos serán acogidos con respeto y profesionalismo.
Uno de los miedos más frecuentes al iniciar terapia es no saber qué esperar. Por eso, aquí quiero explicarte brevemente las fases típicas del proceso terapéutico desde un enfoque basado en la evidencia. Esto no significa que cada persona vivirá exactamente estos pasos de la misma manera —porque tu proceso es único—, pero sí te da una guía de lo que solemos trabajar y por qué lo hacemos así.
Duración estimada: 2 a 4 sesiones
En este primer momento, recogemos información relevante sobre lo que estás viviendo, cómo se expresa tu malestar, cuál es tu historia personal, tus relaciones, tus recursos y tus objetivos.
Es posible que en esta etapa te aplique algunos cuestionarios o pruebas psicológicas que nos permitan tener un panorama más claro y riguroso. Esto no es para etiquetarte, sino para entender mejor cómo ayudarte.
Según la literatura clínica (Barlow, 2021; Norcross & Wampold, 2019), las evaluaciones iniciales efectivas suelen durar entre 1 y 4 sesiones, dependiendo de la complejidad del caso.
Duración estimada: 1 sesión (puede ser al final de la evaluación o como una sesión aparte)
Aquí te comparto lo que hemos identificado en la evaluación: los patrones que se repiten, los factores que mantienen el malestar, las fortalezas que tienes y el plan de intervención propuesto. También hablamos sobre el enfoque terapéutico que usaremos y por qué es adecuado para tu caso.
Es un momento muy valioso, porque permite alinear expectativas, aclarar dudas y establecer una alianza terapéutica colaborativa y transparente.
Esta devolución es considerada por la evidencia (Castonguay & Beutler, 2006) como un predictor importante de adherencia y éxito terapéutico.
Duración estimada: entre 8 y 20 sesiones (puede extenderse)
En esta etapa comenzamos a trabajar activamente con los objetivos que definimos. Aplicamos técnicas, recursos y estrategias específicas según tu caso: regulación emocional, reestructuración cognitiva, exposición, habilidades sociales, trabajo con valores, entre muchas otras.
En estas sesiones es común que haya tareas entre sesiones, ejercicios de autorregistro, y momentos de reflexión que te inviten a aplicar lo trabajado en tu vida cotidiana.
Los tratamientos basados en evidencia suelen tener una duración promedio de entre 15 y 20 sesiones (APA, 2006; Hofmann, 2022), aunque esto varía según la naturaleza del problema, la frecuencia de las sesiones y el ritmo individual.
Duración estimada: 1 a 4 sesiones (espaciadas en el tiempo).
Cuando los objetivos iniciales se han alcanzado o el malestar ha disminuido significativamente, pasamos a una etapa de consolidación. Revisamos logros, estrategias que te funcionaron, posibles recaídas y formas de cuidarte a futuro.
Estas sesiones pueden realizarse con menor frecuencia (cada 15 días o una vez al mes) y tienen como propósito fortalecer tu autonomía emocional.
La literatura sugiere que las sesiones de seguimiento favorecen el mantenimiento de los cambios terapéuticos y reducen el riesgo de recaída (Dobson & Dobson, 2018; Westbrook et al., 2011).
¿Este tipo de terapia es muy estructurada o rígida?
No. Aunque tiene estructura, también es flexible. Adaptamos los recursos a tu ritmo, tus necesidades y lo que emerge en cada sesión. No eres tú quien se tiene que adaptar a la técnica, sino al revés.
¿Se trata solo de pensar diferente?
No solo. Las terapias basadas en la evidencia trabajan con pensamientos, emociones, conductas, cuerpo, historia de aprendizaje y vínculos. No se trata de "ver el lado positivo", sino de transformar patrones de fondo que te generan malestar.
¿Cuánto tiempo dura el proceso?
Eso depende de tus objetivos, del tipo de dificultades que abordemos y de tu ritmo. En general, trabajamos con metas claras y revisamos el progreso periódicamente para asegurarnos de que estamos avanzando hacia donde quieres ir.
¿Qué pasa si no me funciona?
Si algo no está siendo útil para ti, lo revisamos. La terapia no es una imposición, es un proceso colaborativo. Puedes (y debes) hablar con tu terapeuta si sientes que algo no está funcionando.
Sé honesta/o contigo y conmigo. No estás aquí para "quedar bien", sino para sentirte mejor.
Haz las tareas. Las intervenciones no se quedan en la sesión: se trasladan a tu vida real. Practicar entre sesiones puede marcar una gran diferencia.
Pregunta todo lo que necesites. Entender por qué hacemos lo que hacemos en terapia es parte del proceso.
Sé paciente contigo. El cambio emocional profundo no ocurre de un día para otro, pero con trabajo sostenido sí es posible.
La psicoterapia no es magia ni fórmula instantánea, pero cuando se basa en evidencia, se convierte en una herramienta poderosa y transformadora.
Tu historia importa, tus emociones tienen sentido y tu deseo de cambiar merece ser acompañado con respeto, claridad y conocimiento.
Si estás en proceso o considerando iniciar uno, espero que esta información te haya dado más confianza para comprender lo que hacemos en sesión, por qué lo hacemos y qué puedes esperar.
¿Tienes preguntas sobre tu proceso? ¿Te gustaría iniciar un acompañamiento conmigo?
Puedes escribirme directamente o visitar la sección de contacto. Será un gusto escucharte y acompañarte.
American Psychological Association. (2006). Evidence-Based Practice in Psychology. APA Presidential Task Force on Evidence-Based Practice. https://www.apa.org/practice/guidelines/evidence-based-statement
Barlow, D. H. (Ed.). (2021). Clinical Handbook of Psychological Disorders (6th ed.). The Guilford Press.
Castonguay, L. G., & Beutler, L. E. (Eds.). (2006). Principles of therapeutic change that work. Oxford University Press.
Dobson, D., & Dobson, K. S. (2018). Evidence-based practice of cognitive-behavioral therapy (2nd ed.). The Guilford Press.
Hofmann, S. G. (2022). Psychological treatments: A comprehensive text. Wiley-Blackwell.
Norcross, J. C., & Wampold, B. E. (2019). Relationships that work: Evidence-based therapist contributions to effective psychotherapy (3rd ed.). Oxford University Press.
Spring, B. (2007). Evidence-based practice in clinical psychology: What it is, why it matters; what you need to know. Journal of Clinical Psychology, 63(7), 611–631. https://doi.org/10.1002/jclp.20373
Westbrook, D., Kennerley, H., & Kirk, J. (2011). An introduction to cognitive behaviour therapy: Skills and applications (2nd ed.). SAGE Publications.