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La codependencia es un fenómeno que afecta a muchas familias, parejas y amigos de adictos en todo el mundo. Se refiere a una relación disfuncional en la que una persona asume un rol de apoyo excesivo hacia otra que enfrenta problemas de adicción o comportamientos problemáticos. Lar personas codependientes, en su afán por ayudar, pueden llegar a habilitar y perpetuar las conductas adictivas de sus seres queridos, afectando negativamente su propia salud emocional y bienestar.
¿Qué es la coadicción?
La coadicción, también conocida como codependencia, es un trastorno que afecta a los seres queridos más cercanos de una persona adicta, ya sea a sustancias como el alcohol u otras drogas. Este fenómeno no se limita únicamente a la familia, sino que también puede extenderse a la pareja y a los amigos cercanos. Se caracteriza por una centración excesiva en la vida del adicto, lo que implica que las conductas, emociones y conversaciones giran en torno a él o ella.
Más allá de la preocupación natural que se puede experimentar cuando alguien cercano está lidiando con una enfermedad, la coadicción implica un nivel de involucramiento que llega a ser perjudicial para el coadicto. Este tiende a descuidar sus propias responsabilidades y necesidades mientras asume las del adicto. Además, puede llegar al extremo de censurar temas de conversación o actividades que puedan desencadenar una reacción negativa en el adicto.
La coadicción es una respuesta emocional y comportamental disfuncional, donde los familiares, parejas y amigos de los pacientes adictos se ven atrapados en un ciclo de intentos fallidos por controlar o cambiar el comportamiento del adicto. En este proceso, suelen descuidar su propia salud emocional y bienestar. Los coadictos a menudo se sienten responsables de la adicción de su ser querido y dedican una cantidad excesiva de energía tratando de resolver o mitigar el problema, lo que a menudo conlleva al sacrificio de sus propias necesidades y límites personales.
Existen diversas razones por las cuales la coadicción puede desarrollarse en el contexto de una relación con alguien que tiene problemas de adicción. Algunas de estas causas incluyen:
Vínculos emocionales: Los lazos familiares, de pareja o de amistad suelen ser muy fuertes, lo que puede llevar a una sensación de necesidad de proteger y cuidar al ser querido con problemas de adicción.
Responsabilidad percibida: Los familiares, pareja o amigos pueden sentirse responsables de la adicción de su ser querido y creer que es su deber ayudar a resolver el problema o protegerlos de las consecuencias negativas.
Culpa y vergüenza: Pueden experimentar sentimientos de culpa por la adicción del ser querido, cuestionándose si podrían haber hecho algo para prevenirlo o si han contribuido a su desarrollo.
Dependencia emocional: En algunos casos, la coadicción puede surgir debido a una dependencia emocional hacia el ser querido adicto, llevando a los familiares, pareja o amigos a poner sus necesidades por encima de las propias.
Patrones familiares disfuncionales: En entornos familiares con historias de disfunción, abuso o adicciones anteriores, es más probable que se desarrolle la coadicción como una forma de sobrevivir a esas circunstancias y mantener cierta estabilidad emocional.
Deseo de control: Los familiares, pareja o amigos codependientes a menudo intentan controlar el comportamiento del adicto, creyendo que así pueden ayudarlo a cambiar o a salir de la adicción.
Baja autoestima: Las personas con baja autoestima pueden ser más propensas a desarrollar coadicción, ya que podrían sentir que su valor se basa en su capacidad para ayudar a los demás.
Es importante entender que la coadicción no es simplemente una elección personal, sino que puede estar arraigada en patrones emocionales y relacionales complejos. Sin embargo, es fundamental reconocer y abordar la coadicción para evitar un mayor daño emocional a los familiares, pareja y amigos, y permitir el desarrollo de relaciones más saludables y equilibradas.
¿Cuándo se genera este fenómeno?
La coadicción se desarrolla con los primeros indicios de consumo del enfermo adicto, marcando el inicio de una relación de codependencia psicológica. En esta dinámica, el familiar asume un papel de control sobre la vida del adicto, lo que puede generar desconfianza y conflicto en la relación. Esta patología se observa con mayor incidencia entre padres e hijos, seguido de parejas, donde el intento de control se interpreta erróneamente como un acto de amor, generando una mayor dependencia hacia el adicto.
En última instancia, el familiar pasa largas horas de sufrimiento y desvelo esperando que sus acciones logren detener el consumo del adicto. Sin embargo, esta búsqueda desesperada de soluciones solo sirve para aumentar la dependencia psicológica con el adicto. Es crucial reconocer y abordar la coadicción para evitar un mayor daño emocional y permitir el desarrollo de relaciones más saludables y equilibradas.
Fases de la coadicción:
Las etapas del duelo de propuestas por Kübler-Ross proporcionan un marco valioso para comprender las complejas dinámicas emocionales involucradas en la coadicción:
1. Negación:
En la fase inicial del duelo, la negación es una respuesta común ante la realidad abrumadora de la pérdida. De manera similar, en la coadicción, la negación juega un papel crucial cuando los familiares, parejas o amigos se enfrentan a los primeros signos de la adicción de un ser querido. Minimizar el problema del consumo de sustancias o ignorar las señales evidentes de adicción es una forma de protección psicológica, una manera de evitar enfrentar la verdad dolorosa de la situación.
2. Enfado:
A medida que la realidad de la pérdida se hace más evidente, es común experimentar sentimientos de ira y frustración. Del mismo modo, en la coadicción, el enfado surge cuando los efectos destructivos de la adicción se vuelven ineludibles. Los familiares, parejas o amigos pueden sentir una profunda frustración por la aparente falta de control sobre la situación y la impotencia para ayudar al ser querido adicto a recuperarse.
3. Negociación:
La fase de negociación en el duelo implica un intento desesperado por encontrar una solución, por cambiar el curso de los acontecimientos y evitar la pérdida. De manera similar, en la coadicción, la negociación se manifiesta a través de los esfuerzos constantes por convencer al adicto de que reduzca su consumo o busque ayuda. Sin embargo, estas negociaciones suelen ser infructuosas y contribuyen a un ciclo de frustración y desesperanza.
4. Depresión:
A medida que la realidad de la pérdida se hunde, es común experimentar una profunda tristeza y desesperación. En la coadicción, la depresión se arraiga en la sensación de fracaso y la añoranza de tiempos mejores que parecen inalcanzables. Los familiares, parejas o amigos pueden sentir una abrumadora sensación de pérdida y desesperanza ante la aparente imposibilidad de ayudar al ser querido adicto.
5. Aceptación:
Finalmente, en el proceso de duelo, la aceptación emerge como una luz al final del túnel. En la coadicción, la aceptación implica comprender que la adicción del ser querido no está estrictamente vinculada a uno mismo y reconocer la necesidad de redirigir las emociones y la energía hacia la recuperación personal. Es un paso crucial hacia la sanación y el crecimiento personal, permitiendo a los familiares, parejas o amigos encontrar un equilibrio saludable entre el apoyo al ser querido adicto y el cuidado de sí mismos.
Efectos de la coadicción en los familiares:
La coadicción puede tener graves efectos en los familiares de pacientes adictos, incluyendo:
Desgaste emocional: La coadicción puede generar altos niveles de estrés, ansiedad y depresión en los familiares debido a la constante preocupación y esfuerzo por ayudar al adicto.
Pérdida de identidad: Los familiares codependientes tienden a centrarse tanto en el bienestar del adicto que pueden perder de vista sus propias necesidades, deseos e intereses.
Problemas de salud física y emocional: La tensión constante y la falta de autocuidado pueden llevar a problemas de salud física y mental en los familiares.
Perpetuación de la adicción: La coadicción puede habilitar indirectamente la adicción del paciente al permitir su comportamiento problemático y evitar que enfrenten las consecuencias de sus acciones.
Superar la coadicción:
Para superar la coadicción, los seres queridos de pacientes adictos pueden beneficiarse de diferentes enfoques terapéuticos. Es importante que se permitan buscar ayuda profesional mediante terapias basadas en la evidencia, para así comprender cómo la coadicción ha afectado su vida y aprender nuevas habilidades para manejar las emociones, establecer límites y fomentar la autocompasión.
En terapia, los familiares pueden identificar y cuestionar pensamientos y creencias negativas que alimentan su coadicción. También pueden aprender a establecer límites claros y a fomentar una comunicación más efectiva y asertiva con el paciente adicto, a aceptar sus emociones y pensamientos difíciles relacionados con la adicción del ser querido, permitiéndoles distanciarse de la lucha interna y enfocarse en sus valores y objetivos personales. Así es posible promover una mayor resiliencia emocional y el desarrollo de relaciones más saludables.
La coadicción es una respuesta disfuncional común entre los seres queridos de pacientes adictos, pero es posible superarla con la ayuda adecuada. La combinación de terapias basadas en la evidencia, enfoques cognitivo-conductuales, la terapia de aceptación y compromiso y el modelo de los 12 pasos, pueden ofrecer a los familiares herramientas para establecer límites, fomentar la autonomía del paciente y, al mismo tiempo, cuidar de su propia salud emocional y bienestar. Es esencial recordar que el proceso de superación de la coadicción puede llevar tiempo y esfuerzo, pero con apoyo y compromiso, los familiares, parejas o amigos de adictos pueden recuperar el control de sus vidas y establecer relaciones más saludables y equilibradas con el paciente adicto.