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En el núcleo de una relación de pareja saludable no solo están el amor y la complicidad, sino también la capacidad de entender y validar las emociones del otro. Sin embargo, en el agitado día a día, puede ser fácil caer en la trampa de la invalidación emocional, minimizando o ignorando lo que nuestra pareja siente, aunque no sea nuestra intención. Lo que muchas personas no saben es que este pequeño gesto, repetido con el tiempo, tiene el poder de erosionar hasta las relaciones más fuertes.
La forma en que nos comunicamos en pareja no solo transmite ideas, también envía mensajes sobre cuánto valoramos al otro. En este sentido, la validación emocional se convierte en un pilar fundamental para mantener un vínculo seguro y nutritivo. Cuando está ausente y se sustituye por invalidación, las consecuencias pueden ser profundas: deterioro de la confianza, aumento de los conflictos y un distanciamiento emocional progresivo.
La invalidación emocional ocurre cuando una persona minimiza, rechaza o descalifica los sentimientos del otro. Puede manifestarse de manera explícita (“estás exagerando”, “eso no es para tanto”) o más sutil (“no deberías sentirte así”, cambiar de tema, ignorar). Aunque en ocasiones surge con la intención de tranquilizar o resolver rápido, el mensaje implícito es: “lo que sientes no es importante ni válido”.
Por el contrario, la validación no significa estar de acuerdo, sino reconocer y legitimar la experiencia emocional del otro. Estudios en Terapia Dialéctico-Conductual (Linehan, 1993; Fruzzetti & Iverson, 2006) muestran que cuando las emociones son validadas, las personas regulan mejor su malestar y se sienten más conectadas con quien las escucha.
La invalidación emocional repetida en una relación de pareja puede actuar como una microagresión relacional, afectando distintas dimensiones:
Erosiona la confianza: la persona siente que no puede abrirse sin ser juzgada.
Aumenta la escalada de conflictos: cuando las emociones son descalificadas, suele aparecer más intensidad emocional, críticas o retirada defensiva (Gottman, 1999).
Genera distanciamiento: la falta de validación activa sentimientos de soledad y desconexión, incluso estando juntos.
Contribuye a problemas emocionales: investigaciones vinculan la invalidación crónica con síntomas de ansiedad, depresión y mayor riesgo de ruptura (Shenk & Fruzzetti, 2011).
En otras palabras, las palabras y actitudes invalidantes pueden funcionar como pequeñas grietas que, con el tiempo, fracturan el vínculo.
Sabemos que los patrones de comunicación no cambian de la noche a la mañana, pero cualquier cambio significativo comienza con pequeños pasos. Si quieres mejorar tu relación, comienza hoy mismo a practicar la validación emocional. Aquí te dejamos algunos consejos prácticos:
Escucha sin interrumpir: Cuando tu pareja comparta cómo se siente, resiste la tentación de intervenir con soluciones o juicios. A veces, lo que más necesitan es simplemente ser escuchados.
Refleja lo que escuchas: Usa frases como "Parece que te sientes frustrado/a porque…" o "Entiendo que te moleste esto…" para mostrar que comprendes lo que están experimentando.
Evita dar soluciones inmediatas: En lugar de ofrecer soluciones rápidas, haz preguntas que demuestren interés por comprender más profundamente lo que tu pareja está sintiendo. Pregunta "¿Qué te gustaría que hiciéramos al respecto?" en lugar de "Esto es lo que deberías hacer."
Si te gustaría evaluar qué tanto eres capaz de poner en práctica la validación emocional con tu pareja, haz clic aquí.
Al final del día, lo que más buscamos en una relación de pareja es sentirnos vistos, escuchados y aceptados tal como somos. La validación emocional es una de las formas más poderosas de demostrar este amor y aceptación incondicional. La validación emocional no elimina los desacuerdos, pero convierte la comunicación en un espacio de seguridad, donde ambos pueden mostrarse vulnerables sin temor a ser rechazados.
La invalidación emocional puede pasar inadvertida en el día a día, pero su acumulación debilita los cimientos de la relación. Cultivar la validación es invertir en confianza, intimidad y resiliencia de pareja. Si notas que en tu relación este patrón se repite y afecta el bienestar de ambos, trabajar en terapia puede ayudarte a transformar la comunicación y recuperar la conexión.
Si deseas fortalecer tu relación, aprender a validar y validarTÉ a ti mismo/a, agenda un proceso de psicoterapia.
Fruzzetti, A. E., & Iverson, K. M. (2006). Interpersonal validation and invalidation in the context of intimate relationships. Handbook of emotion regulation, 458-476.
Gottman, J. M. (1999). The Seven Principles for Making Marriage Work. New York: Crown.
Linehan, M. M. (1993). Cognitive-behavioral treatment of borderline personality disorder. Guilford Press.
Shenk, C. E., & Fruzzetti, A. E. (2011). Parental validating and invalidating responses and adolescent psychological functioning: An extension of a laboratory investigation. Journal of Child and Family Studies, 20(1), 68-77.