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En momentos de crisis emocional, es común sentirnos abrumados y sin herramientas para gestionar lo que estamos experimentando. La Terapia Dialéctico-Conductual (DBT) ofrece estrategias prácticas y basadas en la evidencia para ayudarnos a regular nuestras emociones y recuperar la estabilidad. Estas técnicas pueden ser utilizadas en situaciones de alta intensidad emocional y adaptadas según las necesidades individuales. A continuación, exploraremos diversas estrategias organizadas en diferentes categorías, para que puedas elegir las que mejor se adapten a ti y a tu proceso de regulación emocional.
Cuando la emoción es intensa, el cuerpo se encuentra en un estado de alerta elevado. Las técnicas de activación sensorial ayudan a regular el sistema nervioso a través de estímulos físicos:
Tocar hielo: Sostener cubos de hielo en las manos o pasarlos por la piel genera una sensación física intensa que ayuda a desviar la atención de la emoción.
Sumergir la cara en agua fría: Activar el reflejo de inmersión reduce la frecuencia cardíaca y la activación emocional, promoviendo una sensación de calma rápida.
Usar una banda elástica en la muñeca: Soltarla suavemente crea una sensación física sin causar daño, ayudando a conectar con el presente.
Oler aceites esenciales o aromas intensos: Olores como la menta, lavanda o eucalipto pueden calmar la mente y redirigir la atención.
Masticar algo crujiente o picante: Comer algo con una textura o sabor fuerte (limón, chiles, goma de mascar de menta), interrumpe patrones de pensamiento negativos.
Reprimir las emociones puede hacer que se acumulen y se vuelvan más intensas. Estas estrategias permiten expresar lo que sientes de una manera segura:
Pintar con color rojo: Dibujar con rojo puede ser una vía para canalizar la energía emocional intensa. Puedes combinarlo con otros colores según tu estado de ánimo.
Escribir una carta sin enviarla: Expresar tus sentimientos por escrito puede ayudar a procesarlos. Decide si deseas conservarla, romperla o quemarla como un símbolo de liberación.
Golpear una almohada o apretar una pelota antiestrés: Si sientes enojo o frustración, estas actividades te permiten descargar energía de manera segura.
Dibujar tus emociones sin preocuparte por la técnica: Usa líneas, colores y formas que reflejen tu estado emocional sin juzgar el resultado.
Cuando una emoción es abrumadora, a veces lo mejor es distraer la mente hasta que la intensidad disminuya. Estas técnicas ayudan a cambiar el foco de atención:
Contar hacia atrás de 100 en intervalos de 7: Mantiene la mente ocupada en un cálculo matemático, alejándote del pensamiento rumiativo.
Describir todo lo que ves a tu alrededor con detalle: Narra en tu mente cada objeto, su color, textura y ubicación, como si estuvieras escribiendo una historia.
Saltar, correr en el lugar o hacer jumping jacks: Activar el cuerpo ayuda a liberar la tensión acumulada y reduce la ansiedad.
Ver videos de comedia o escuchar música relajante: Cambia tu estado emocional mediante contenido que te haga reír o te transmita tranquilidad.
Técnica 5-4-3-2-1 de mindfulness:
5 cosas que ves
4 cosas que tocas
3 cosas que escuchas
2 cosas que hueles
1 cosa que saboreas
El autocuidado es esencial para reducir la vulnerabilidad emocional. Estas estrategias fomentan el bienestar y la seguridad:
Abrazarte a ti mismo y balancearte suavemente: Este movimiento rítmico puede generar una sensación de confort y seguridad.
Envolver una manta alrededor del cuerpo: Sentirse contenido físicamente puede traer una sensación de calma.
Repetirte frases de validación: "Esto es difícil, pero pasará", "Estoy a salvo en este momento". Las afirmaciones pueden ayudarte a regular la emoción.
Practicar respiración diafragmática: Inhala por 4 segundos, sostén por 4 y exhala por 6 para activar el sistema de relajación del cuerpo.
Las emociones intensas pueden hacer que nos desconectemos del presente. Estas técnicas ayudan a volver al "aqui y ahora":
Decirte en voz alta tu nombre y dónde estás: "Soy [nombre] y estoy en [lugar]". Reafirmar tu identidad puede ayudarte a estabilizarte.
Presionar firmemente los pies contra el suelo: Sentir la conexión con el piso puede ayudarte a anclarte al presente.
Apretar un objeto texturizado en la mano: Sostener una piedra fría, una tela rugosa o cualquier objeto con textura estimula el tacto y centra tu atención.
Cada persona responde de manera diferente a las estrategias de regulación emocional. Experimenta con varias técnicas y encuentra las que mejor funcionan para ti. La clave es practicarlas cuando no estés en crisis, de modo que puedas acceder a ellas cuando las necesites. Recuerda que la regulación emocional es un proceso y cada pequeño esfuerzo cuenta para tu bienestar.
Si sientes que necesitas más apoyo, considera buscar ayuda profesional. La terapia puede brindarte herramientas personalizadas y acompañamiento en tu proceso de crecimiento emocional.